Hacer un herbario con niños es una actividad muy recomendable, sin duda divertida, con mucho de educativa y perfecta para conectar con la naturaleza.
No hay que complicarse mucho, simplemente consiste en recolectar, secar y conservar hojas y flores en un cuaderno o álbum.
Los materiales que necesitas son estos:
- Un cuaderno o cartulinas.
- Prensa de plantas ¿Has visto la nuestra?
- Tijeras.
- Pegamento o cinta adhesiva doble cara.
- Cesta de mimbre o papel de periódico para recolectar las plantas.
Ahora que ya tienes todos los materiales preparados, ¡vamos a ello!
La primera etapa consiste en explorar y recolectar: No hace falta ir al monte, las plantas nos rodean y están más presentes en nuestra vida de lo que nos podemos imaginar . Salid a pasear al parque y aprovechad para recolectar hojas y flores, intentando y asegurándose de no dañar plantas, recoged hojas caidas, y en el caso de recolectar alguna flor, siempre con un corte limpio.
Es hora de prensar las plantas: Coloca cada muestra entre papel absorbente en la prensa. Déjalas secar durante varias semanas.
Debes tener cuidado con el exceso de agua ya que las plantas se puedes estropear, debéis revisarlas de vez en cuando, y desechar aquellas que se hayn estropeado.
Cuando ya estén las plantas secas es el momento de crear. Pega las plantas en un cuaderno con pegamento de barra o celo de doble cara.
Anima a los niños a dibujar o escribir sobre lo que aprendieron, convirtiendo el herbario en un proyecto único. Haz que los niños participen en cada paso para que disfruten y aprendan.
¡Un herbario no solo es un recuerdo bonito, sino una forma sencilla de enseñar a los niños a cuidar la naturaleza! ¿Te animas a intentarlo?